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U’ceet U’ka’kuxtal

Serie de fotografias

Cada partícula de tierra en Oxkutzcab revela historia, sus piedras conservan almas de los ancestros Mayas y memorias. Como muchos seres migrantes yo emigré a esta ciudad porque otros emigraron a Estados Unidos, algunos se regresaron llenos de dólares para comprar tierra y cultivar cítricos, otros fueron deportados a Tijuana. Yo fui invitada a esta ciudad pequeña por un habitante del río Tijuana, mientras observábamos la naturaleza. Cuando al fin viajé a la otra península se convirtió en mi hogar.

U’ceet es una partícula que revive la tierra Maya, una maestra de arena roja y blanca que me ha enseñado hacer chicle natural, música con jícara, a caminar en la oscuridad y el monte. Que el agua se puede filtrar entre piedra caliza. Las naranjas tienen gas, los árboles cicatrices, el achiote es  labial y el hal’tun una piedra que guarda agua de lluvia para reciclarse en emergencias. Las luciérnagas están en peligro de extinción. Que se puede hacer té con tortilla, que el viento escucha y te puede regañar. Que cuando se descubren grutas nuevas, un mediador debe conectarse con los antiguos mayas, para que quiten el “aire” que protege a sus territorios del peligro actual. Los animales son criados noblemente con amor, comen antes que el dueño y a los que les toca ser sacrificados, tienen la virtud de reencarnar automáticamente en energía para el que los consume. La fruta del diablo es un hongo y los cenotes son la conexión con el universo desde que la tierra evolucionó de nuevo.

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